'La Montaña', una mirada íntima al EZLN y su travesía a Europa
La violencia en contra de las comunidades indígenas de Chiapas, ya sean o no zapatistas, se ha incrementado, aseguró el documentalista Diego Enrique Osorno.
- Redacción AN / BJC

El documental “La Montaña” (2023) narra el viaje marítimo hecho por siete integrantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) desde Isla Mujeres, Quintana Roo, hasta el puerto gallego del Concello de Baiona, a unos 40 kilómetros de la ciudad portuaria de Vigo, España.
Dirigido por el periodista Diego Enrique Osorno y con fotografía de María Secco, el documental es una mirada íntima al Escuadrón 421, integrado por cuatro mujeres (Lupita, Ximena, Carolina y Yuli), dos hombres (Bernal y Darío) y una persona no binaria/otroa (Marijose).
Además de ser el único registro documental de la travesía, “La Montaña” sirve para retratar el relevo generacional del EZLN, contar el nacimiento de la “digna rebeldía” e invitar al espectador a conocer formas alternativas de hacer política.
No es fortuito que durante todo el documental convivan ocho idiomas distintos, desde tzotzil, hasta alemán, pasando por español. El largometraje plantea una pregunta sencilla, pero de profundas implicaciones: Si en un pequeño barco de más de cien años hacen amistad personas tan diversas como un capitán de Alemania y una persona no binaria originaria de Chiapas, ¿qué detiene a la humanidad de convivir así en todo el mundo?

Foto: X (@LaMontana_Doc)
“Se trata de escuchar y reivindicar que el mundo es amplio y diverso“, expresó el director Diego Enrique Osorno en una sesión de preguntas realizada durante la proyección del documental el pasado domingo 3 de mayo en Ciudad de México.
Para Osorno, quien también ha dirigido documentales como “Vaquero del mediodía” y la serie “1994”, su más reciente filme insta a conocer nuevas formas de organización política que vayan más allá del actual “encierro de la discusión política” en dos polos: un gobierno “que se presenta como izquierda, pero no cumple los preceptos básicos de la izquierda” y, por otro lado, “la oposición más rancia” que se promueve “apropiándose y resignificando el concepto de lucha indígena”.
El documentalista consideró que el EZLN “está más allá de esta discusión” y que justamente su travesía por el océano Atlántico simboliza la búsqueda de nuevas formas de establecer diálogo y construir así nuevas formas de política.
“Como se dice en el documental, no es que todos sean zapatistas, sino que cada quien se organice como pueda y que resista”, expresó a Aristegui Noticias.

Foto: X (@LaMontana_Doc)
Justamente, a través de la narración de las mujeres más jóvenes del Escuadrón 421 es que el espectador conoce cómo se han organizado los municipios autónomos zapatistas después de la insurgencia del 1 de enero de 1994.
Ellas, como lo cuentan para la cámara, pertenecen a una nueva etapa de la resistencia. Ya no deben enfocarse completamente a la lucha armada como sus abuelos, abuelas, padres o madres. Más bien, expanden los cimientos establecidos por la primera generación de combatientes, para así procurar el llamado “buen gobierno”, así como el acceso universal a la salud y educación en sus comunidades.
Sin embargo, compartió Diego Enrique Osorno que en los “Caracoles” la lucha armada no es cosa del pasado, pues “a lo largo de este último año se han incrementado los ataques contra sus comunidades y localidades no zapatistas”. Incluso, afirmó el periodista, el calibre de las armas utilizadas contra los pueblos originarios de Chiapas se ha incrementado.
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La violencia contra las comunidades del estado sureño es tal que cuando “La Montaña” se proyectó en un municipio autónomo zapatista, muy pocos integrantes del movimiento pudieron asistir, pues actualmente su prioridad es sobrevivir a los intensos ataques armados contra ellos, narró Osorno.
Actualmente, la travesía por Europa del EZLN continúa con una delegación de más de 500 personas. El movimiento rebelde busca recorrer los cinco continentes como parte de su “invasión” invertida que no busca destruir o saquear, sino “plantar una semilla de resistencia”.
“Porque nosotras las comunidades zapatistas hemos venido a escuchar y a aprender la historia que hay en cada habitación, en cada casa, en cada barrio, en cada comunidad, en cada lengua, en cada modo y en cada ni modos”, tal como dice el comunicado del Escuadrón 421, publicado al momento de partir hacia España en barco.





