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‘Un bolillo pa’l susto’, debes comerlo o no después de un sismo. Aquí te decimos

Pero, ¿en realidad sirve para disminuir o quitar el susto? ¿es solo una superstición?; expertos de la UNAM responden y aseguran que abrazar a seres queridos ayuda mucho más.

  • Redacción AN / AG
07 Oct, 2023 16:48
‘Un bolillo pa’l susto’, debes comerlo o no después de un sismo. Aquí te decimos
Foto: Cuartoscuro y Pexels

Es “tradición” que después de un sismo, las personas recomienden o coman un bolillo para el susto provocado.

Pero, ¿en realidad sirve para disminuir o quitar el susto? ¿es solo una superstición? ¿un mito?

Desde hace años, las abuelas solían aconsejar comer “un bolillo pa’l susto” después de enfrentarse a una situación estresante, como al escuchar una alerta sísmica o recibir una mala noticia.

Aunque esta recomendación forma parte de la sabiduría popular, también cuenta con fundamentos científicos, según Nayeli Xochiquetzal Ortiz Olvera, profesora de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM.

Ciencia detrás del “bolillo pa’l susto”

Ortiz Olvera indicó que el estrés agudo provoca un aumento en la producción de ácido estomacal, lo que lleva a la angustia estomacal, un dolor en el vientre comúnmente percibido como vacío.

Esta situación puede causar náuseas y otros malestares. “En tales casos, ingerir un pan reduce esa acidez tan molesta, como bien sabían nuestros antepasados”.

El susto —añade la docente— es la reacción de nuestro cuerpo ante un sobresalto como un ruido amenazante o sufrir una agresión. A nivel cerebral, se estimula la hipófisis y, acto seguido, la glándula suprarrenal libera dos hormonas: noradrenalina y adrenalina, responsables de que el corazón y la respiración se agiten.

Este proceso ocurre rápidamente para que el individuo adopte una “reacción de lucha o huida”, la cual nos pone “en modo supervivencia” y nos permite realizar acciones adecuadas y asertivas para protegernos ante el peligro, como correr, resguardarnos o saltar.

Sin embargo, una vez pasados estos eventos estresantes, el cuerpo experimenta secuelas. Por ello, cada vez es más frecuente ver en redes sociales videos de voluntarios repartiendo bolillos a personas que acaban de atravesar momentos de pánico.

“Por su cantidad de carbohidratos, inhibe la secreción de ácidos y nos ayuda a reponernos de un susto. Además, por ser masudo y tener la corteza dura, nos obliga a masticar, lo cual nos distrae y aminora nuestros miedos”.

Desmentir el mito de que un susto provoca diabetes

El bolillo, añadió la académica, data del Porfiriato y se lo debemos a un repostero francés radicado en México, quien, al no encontrar los ingredientes necesarios para elaborar una levadura tradicional, usó otros a su alcance y creó un nuevo pan artesanal.

La profesora, titular del curso de especialización en el área de Gastroenterología en la FM, considera importante desmentir el mito de que un susto puede volvernos diabéticos.

“Es mentira. Si alguien descubre que la padece tras haber vivido momentos de estrés, es porque desde antes ya tenía un antecedente. Por ello, tras un sobresalto, los diabéticos pueden comer un pedazo de bolillo sin problema alguno, pues eso les ayuda a estabilizar el azúcar y a no marearse”.

No obstante, la universitaria recomendó que, tras un susto, solo se coman 3 bocados de pan (sin excederse, pues cada pieza tiene 180 kilocalorías, equivalentes al 10% de las calorías requeridas por un individuo sano).

“Lo bueno es que, por ser un producto tan económico, en casi todas las casas hay uno, y por eso nuestras abuelas o madres siempre tendrán alguna pieza a mano para calmarnos, si es que se necesita”.

Fruta o  fibra pa’l susto

Por su parte, Eduardo Calixto González, profesor de la Facultad de Psicología de la UNAM, explicó que aunque se dice que el bolillo ayuda en casos de susto por “absorber la bilis”, cualquier alimento que llega al estómago cambia el pH y modifica la acidez gástrica.

El pan funciona, pero también la fruta y la fibra. El asunto es que también la flora bacteriana influye. En conclusión, dime qué gastritis tienes y te diré cuánto fumas, cuántos problemas enfrentas, cuánto picante comes, cuántos refrescos tomas. No es el estrés, sino la suma de todos los factores”.

La importancia del apoyo emocional en momentos de estrés

El estado de salud de una persona importa, pues “también hay una creencia sobre no comer aguacate cuando nos enojamos”. El académico indicó que cualquier alimento grasoso facilita la contracción de la vesícula biliar. Un susto puede incrementar la salida de bilis y esta se absorbe a través de la circulación hepática.

Finalmente, Calixto González añadió que “abrazar a los seres queridos genera certidumbre; tener la sensación de que vamos a estar bien y en compañía es mucho más fuerte y fisiológicamente estable que un pan, porque hace que el cerebro libere más oxitocina, la hormona del amor y el apego.

“Por lo tanto, un beso o un abrazo nos ayuda a atravesar las situaciones más difíciles. Eso no cambia la realidad, pero hace que nos recuperemos más rápido”.

¿Como o no como bolillo pa’l susto? Come y abraza a un ser querido

  • Comer un bolillo para enfrentar el susto tiene fundamentos científicos, ya que ayuda a reducir la acidez estomacal causada por el estrés agudo.
  • El susto provoca una reacción de lucha o huida en nuestro cuerpo, liberando hormonas como la noradrenalina y la adrenalina, lo que aumenta el ritmo cardíaco y la respiración.
  • Mito de que un susto puede causar diabetes es falso, y los diabéticos pueden consumir bolillos después de un sobresalto sin problema, ya que ayuda a estabilizar el azúcar y evita mareos.
  • Además del bolillo, otros alimentos como frutas, fibra y lácteos también pueden ayudar a reducir la acidez gástrica, ya que cambian el pH del estómago.
  • Abrazar y prodigar cariño a seres queridos es más efectivo que comer un bolillo en momentos de estrés, ya que libera oxitocina, la hormona del amor y el apego, ayudándonos a recuperarnos más rápido.
  • Las recetas de las abuelas funcionaban bien para aliviar el susto porque combinaban el efecto del bolillo con el apoyo emocional, lo que marca una diferencia en la recuperación.

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