“La identidad actual de los habitantes de la Ciudad de México viene del terremoto de 1985”: Jorge Michel Grau
El director mexicano estrena en Amazon Prime Video, ‘Cada minuto cuenta’, una serie retrata la respuesta ciudadana durante el sismo del 19 de septiembre de 1985.
- Redacción AN / HG

Por Héctor González
Si algo permitió a los capitalinos salir adelante tras el terremoto del 19 septiembre de 1985, fue su madurez social y política, plantea el realizador mexicano Jorge Michel Grou en Cada minuto cuenta, una serie recién estrenada en Amazon Prime Video, que cuenta lo ocurrido aquella mañana, pero desde la perspectiva de la gente de a pie.
Después de dirigir la película 7:19, el cineasta vuelve al mismo tema, solo que ahora lo hace de manera más detalla y con el uso de mayores recursos tecnológicos. “Creo que ahí está la raíz de lo que somos ahora, una colectividad que exige sus derechos y que ha avanzado hacia ciertos espacios sociales y culturales”, argumenta.
¿Por qué regresar al terremoto del 85?, ¿qué conexión personal tienes con aquel episodio?
Me interesa mucho el tema porque estoy convencido que de ahí viene nuestra identidad actual como ciudadanos Ciudad de México. Quedó demostrado que éramos una sociedad madura y lista para responder y organizarse. Creo que ahí está la raíz de lo que somos ahora, una colectividad que exige sus derechos y que ha avanzado hacia ciertos espacios sociales y culturales. Por otro lado, creo hoy que vivimos una gran división y polarización, por eso es necesario recordar que somos capaces de reconciliarnos. No tenemos que esperar un evento trágico para reorganizarnos, reconocernos y volver a funcionar como comunidad.
7:19, es una película claustrofóbica, sucede en un espacio cerrado. Ahora, gracias a la tecnología pudiste hacer recreaciones impresionantes de 1985. ¿Qué se gana y qué se pierde con el uso de la tecnología en el cine o en la televisión?
7:19 se hizo pensando en la misma reflexión, pero no teníamos las herramientas para contarla de esta forma. Ahora, con el desarrollo exponencial de la tecnología, tenemos las posibilidades de contar las historias desde cualquier ángulo. El uso de la VP o Virtual Production nos permitió generar ambientes virtuales y en 3D que nos dieron más profundidad. Esta tecnología se hizo famosa en la serie Mandalorian, para aprovecharla al máximo tomamos cursos, vimos tutoriales, los detrás de cámaras y hablamos con profesionales. Su uso nos ayudó a contar la historia tal y como la exigía el guion, es decir mostrar los edificios derrumbados y sus alrededores. Sin embargo, y tengo que ser sincero, por más tecnología o avances, si no hay una buena historia y los actores y las actrices no nos regalan un trabajo excepcional, la tecnología no deja de ser una mera herramienta. Afortunadamente en Cada minuto cuenta se combinaron extraordinarias actuaciones con una gran historia que narra las primeras diez horas después del evento y que nos muestra cómo nos organizamos como sociedad y el retraso de las autoridades en responder.
La serie se centra en la gente de pie, ¿siempre tuviste claro que esa sería la perspectiva?
Si queríamos encontrar la identidad de la ciudad de México teníamos que hacerla de esa manera. La gente de a pie fue la que reaccionó, ellos fueron quienes dejaron sus oficios para ir a ayudar o quienes abrieron sus negociones para donar y ayudar. El terremoto del 85 golpeó fuerte la zona centro, donde estaba concentrada gente de otras ciudades y estados, intentamos respetar la memoria histórica del evento. La asesoría de Iván Salcido, quien hizo una enorme investigación fotográfica, fue fundamental para acercarnos a lo que queríamos conseguir. Otra cosa a destacar es la libertad que nos dio Amazon Prime Video para elegir al elenco. Fuimos a circuitos de teatro amateur, escuelas de actuación, nos apoyamos en la Compañía Nacional de Teatro, es decir contamos con grandes actores que regularmente no están en proyectos de consumo masivo. Eso nos permitió darle realismo a la serie y generar empatía con el público.
¿Qué posibilidades te dio la serie, en términos de extensión o profundidad, que no encontraste en una película?
Las series te brindan la gran ventaja del largo aliento. Puedes desarrollar con mayor profundidad ciertos aspectos de personajes, te permiten hacer arcos más prolongados de los personajes para que el público vea como se desarrolla y en qué momento toma decisiones importantes o encuentra obstáculos. Por otro, lado, una película te brinda la enorme posibilidad de ser sintético. El ejercicio cinematográfico tiene un poder y un músculo artístico grande. Algo importante también y que los artistas, cineastas o fotógrafos, no podemos olvidar, es que el consumo masivo también puede ser artístico. Las series nos permiten hacer ejercicios muy cinematográficos de muchísima calidad, pero para el consumo masivo.
¿Crees que todavía hay una reticencia por parte de los artistas o los cineastas en este sentido?
Sí. Hace un tiempo, el consumo masivo era la televisión abierta, cuyas telenovelas o programas de comedia eran de mala calidad, con guiones pésimos y fórmulas repetidas, protagonizadas con gente de otros países muy guapa, pero con un perfil de belleza que funcionaba como un producto de venta. Los realizadores no tenían mucho espacio para encontrar historias importantes y que hicieran a la gente reflexionar. Con la llegada de las plataformas se abrió un panorama muy distinto, desde luego hay productos de este mismo corte, pero hay otros que otorgan a los realizadores, guionistas, productores, directores, la posibilidad de hacer proyectos con otro corte. Por eso cada vez vemos a más cineastas de altísimo nivel haciendo series que proponen otro tipo de contenidos. Creo que hoy en día las audiencias están en un nivel de madurez que las lleva a exigir este tipo de producciones. El primerísimo nivel del cine mexicano que conquista festivales y gana premios, ahora está permeando en nuestra producción audiovisual.






