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“El lenguaje es el gran eje de mi poesía”: Melisa Arzate Amaro Naturaleza Aristegui

La escritora mexicana cierra el año con dos nuevos poemarios ‘Titila sangre’ y ‘Entera nueva’.

  • Redacción AN / HG
12 Dec, 2024 12:22
“El lenguaje es el gran eje de mi poesía”: Melisa Arzate Amaro

Por Héctor González

Para Melisa Arzate Amaro (Ciudad de México, 1985) hay dos tipos de escritores. Aquellos que se dedican exclusivamente a la literatura de la erudición, “es decir, poesía para los poetas”; y quienes viven y vierten sus experiencias en su literatura. “Yo me incluiría en este segundo grupo, a pesar de que soy una ávida lectora”, reconoce.

Poeta, ensayista y próximamente narradora, ahora escribe una novela, Arzate Amaro aprovecha cualquier oportunidad o momento para tomar apuntes que después tomarán formas de poetas. Intercala su trabajo en la Hostería La Bota con el cuidado de su hijo y la literatura. “Hoy difícilmente alguien vive exclusivamente de la escritura. Vengo dos o tres días a la semana a La Bota, al mismo tiempo procuro dedicarme dos o tres días a escribir. Además, soy madre de familia y necesito recoger a mi hijo a las cuatro de la tarde, con todo, la maternidad aporta otro tipo de experiencias que me sirven para hacer literatura. Si no robas tiempo para la escritura, te abandona”.

De esas horas buscadas a toda cosa, nacen Titila sangre (Ediciones Periféricas) y Entera nueva (Elefanta), dos poemarios con origen y forma distinta, pero que convergen en las obsesiones de la poeta. “Titila sangre surgió durante la pandemia, la editorial lo agrupó a manera de antología. Su veta es muy concreta: una meditación sobre el lenguaje y una observación crítica sobre el mundo que habito”.

Entera nueva, en cambio dio cabida a poemas más complejos, que van de mi interior a mi encuentro con el mundo, y sin hacer a un lado la dimensión política, no puedo sustraerme de una meditación sobre alguna postura o ideología”.

Si algo distingue a Titila sangre es su franqueza. Arzate nos habla de las minas, los feminicidos y las desapariciones, de una manera abierta. Su territorio es el planeta y alcanza incluso a la franja de Gaza. “Creo que me salió como una exclamación o un aullido por el momento que nos ha tocado vivir”.

En tanto, Entera nueva se distingue por un lenguaje más íntimo y personal, “aquí me confronto con una realidad que me duele profundamente, es un clavado más duro hacia mi interior y donde la figura tutelar de Raúl Zurita está muy presente en tanto que se usa la poesía para hacer una observación política y social, pero desde lo más hondo”.

Estética e imagen

Doctora en Historia del Arte, la poeta encuentra en la imagen parte de su materia prima. “Continuamente busco generar imágenes en el lector, en particular en Entera nueva. Debido a mí crianza profesional, no me puedo desligar de ellas, me interesa crearlas con las palabras. En otra parte de mi quehacer como escritora hago ensayos sobre artes visuales, entonces todo acaba por estar correlacionado. Cuando lees a Walt Withman descubres que además de imágenes busca generar sensaciones, yo estoy en esa misma línea porque creo que la estética es otro vehículo para crear referentes y universos compartidos”.

Abierta a la comparación, apunta que Entera nueva es una especie de obra de Mark Rothko, “voy a lo más hondo del lenguaje, pero sin dejar de invitar al otro para que entre conmigo. Me interesa rasgar la superficie del libro e invitar al lector a que se adentre. El lenguaje es el gran eje de mi poesía, por eso aquí es más elaborado. Quise hacer una especie de retablo barroco donde cada parte diga algo y en donde el otro sea invitado a habitar. Si consigo seducir a través del lenguaje voy a lograr que quien me lee se adentre en él”.

Melisa Arzate se ve a sí misma como una alquimista de las palabras. “Creo que el ejercicio de la seducción a través del lenguaje me sirve para generar algo en el lector, ya sea una meditación sobre las palabras o dolor sobre el tiempo que habitamos”.

En ese sentido, su trabajo dialoga abiertamente con su época, pero sin caer en la consigna política. “Me interesan los autores que no se lavan las manos, en un poema de Entera nueva, escribo ‘Allá no es allá, allá es aquí’. El horror está en todos lados, no solo en Gaza o Ruanda. Ojalá que alguno de mis poemas haga que una chica en Guerrero o un señor en Monterrey, repiensen su realidad. Creo que en este momento no debemos abstraernos de lo social. Hay mucho que replantear, pensar y observar. Pareciera que las redes sociales y la hipercomunicación nos integran más, pero no es cierto, también nos dan válvulas de escape.  No tengo una filiación política, solo hago una observación del país y del mundo que me tocó. No estamos entendiendo cómo habitar el presente y por eso nos desmoronamos”.

La publicación de ambos volúmenes es de alguna manera un fin de ciclo. A su manera, cada uno de los poemarios es testimonio de una transición personal. “Titila sangre es una apuesta catártica, pero también una tabula rasa y Entera nueva, es una reinvención de ese ser, que busca rearticularse. Ahora estoy escribiendo otro poemario, seguramente se llamará Tragaluz, y donde intento averiguar qué hago con las partes que quedaron, al mismo tiempo estoy trabajando una novela porque quiero exorcizar demonios que creo que solo podré sacar narrando”.

 

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