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¿Debemos festejar que Meta aniquile a Twitter? | Artículo

Hay algo perverso en la aparente redención de Mark Zuckerberg y en las celebraciones del hecho de que Meta esté por devorar, otra vez, a uno de sus rivales. Por muy tóxico que este haya resultado.

  • Antonio Salgado Borge
13 Jul, 2023 08:47
¿Debemos festejar que Meta aniquile a Twitter? | Artículo

Por Antonio Salgado Borge

Mark Zuckerberg pasó años lidiando con un repudio a pulso ganado. Resignado a su papel de villano de las redes sociales, y visiblemente afectado por éste, el fundador de Facebook intentó de todo para ganar admiración en otros ámbitos, desde ser una estrella de surf hasta triunfar en campeonatos de artes marciales. 

Pero vientos de cambio parecen soplar para Mark Zuckerberg. Y estos vientos tienen un origen claramente inidentificable: el lanzamiento de Threads, la nueva red social de Meta. 

Buena parte del público considera que entre Threads y Twitter, la primera es, por mucho, menos mala. En consecuencia, la posibilidad de que Threads aplaste a Twitter y se quede con sus usuarios ha sido ampliamente celebrada.

Me parece que en un sentido es entendible que tantas personas festejen la debacle de la red recientemente adquirida por Elon Musk. 

Hay que recordar que Twitter, desde antes de la llegada de este multimillonario, había batallado con problemas como su alto contenido tóxico y los miles o millones de cuentas automatizadas. Sin embargo, al menos en el primer asunto, esta red social gradualmente había progresado.

Foto: Reuters

Todo se fue al caño para Twitter cuando fue comprada por su actual propietario. Musk implementó una serie de cambios que hicieron de esta plataforma un espacio más tóxico y desaseado. 

Por ejemplo, hizo que las verificaciones se dieran a cualquiera capaz de pagarlas, haciendo así virtualmente imposible distinguir cuentas y personas reales de aquellas automatizadas o clonadas –que, dicho sea de paso, parecen haber proliferado–.

Además, Musk adoptó un esquema de libre expresión radical, permitiendo el regreso de personas que fueron bloqueadas por difundir desinformación, discursos de odio o agresiones –actitudes con efectos muy reales más allá de las redes sociales–. Esta situación fue agravada por el despido fulminante de prácticamente todo el equipo dedicado a moderar este tipo de contenidos.

Finalmente, Musk tomó decisiones arbitrarias que le llevaron a potenciar el alcance de cuentas de personas u organizaciones con las que simpatiza o comparte intereses políticos o económicos, incluyendo muchas vinculadas con la derecha radical o con el mundo de las criptomonedas.

Los elementos anteriores explican en buena medida el giro radicalmente negativo en la experiencia de las usuarias y los usuarios. Tal como se esperaba, Elon Musk convirtió a Twitter en su campo de juegos, y ese campo de juegos resultó ser un estercolero.

A principios de este mes, Musk enfureció aún más a los usuarios de Twitter al anunciar que el número de tweets que pueden leer por día se vería severamente limitado si no se enrolaban en su servicio de suscripciones pagadas.

Mark Zuckerberg eligió entonces el momento perfecto para lanzar Threads, un clon de Twitter ligado a Instagram, una de las principales redes sociales de Meta. Los números son contundentes: la nueva red social de Meta ha roto todos los récords de descargas en el mes de su lanzamiento. Y es que se espera que buena parte de los más de dos mil millones de usuarios activos de Instagram decidan en algún momento probarla.

Confrontado con este fenómeno, la reacción de Elon Musk ha sido tan caótica y tóxica como su red social. Por ejemplo, al enterarse de que Threads sería lanzado, Musk retó a Mark Zuckerberg a competir en una pelea televisada dentro de una jaula. Vale la pena subrayar que por ridículo que parezca, esto no es una broma. De acuerdo con periodistas especializados –por ejemplo, el influyente medio The Verge–, hasta hace unos días los equipos de ambos millonarios estaban haciendo gestiones para llevar la pelea a cabo.

El simple hecho de que esto sea una posibilidad real habla de la masculinidad tóxica de Musk –y también de la de Mark Zuckerberg–. Sin embargo, Musk llegó a niveles más patéticos cuando, esta semana, afirmó que retaba literalmente a hacer un concurso de medición de sus genitales.

El dueño de Twitter está claramente furioso. Y lo está porque considera que Zuckerberg está incurriendo en competencia desleal al clonar la red social por la que acaba de pagar 44 mil millones de dólares.

Ante las quejas de Musk y el anuncio de una posible demanda, el dueño de Meta respondió de una forma tan reveladora como ingeniosa: en su primer tweet en más de una década, compartió el meme de los “hombre araña” idénticos que se señalan mutuamente con el dedo índice. Meta es experto en clonar lo que le conviene y en evitar sanciones legales por ello.

Elon Musk es claramente indefendible. Tampoco es posible defender la actual versión de Twitter. En ese sentido, es natural que muchas personas celebren su debacle. Esto se suma al hecho de que la experiencia en las redes de Meta es, en términos generales, más amigable y menos tóxicas que en la red del rival que recién ha clonado. 

Esto es justamente lo que Zuckerberg promete para Threads. Concretamente, su promesa se basa en que esta nueva red está construida sobre Instagram, la cara más amable de Meta. Esto significa que Threads estará regida por las políticas de Instagram, tendrá una moderación muy superior a la Facebook y estará nutrida por usuarias y usuarios con menos tolerancia a los contenidos tóxicos.

Zuckerberg está convencido de que, precisamente porque puede garantizar que Thread sea un espacio con menos contenido tóxico para sus usuarios, puede hacer de esta red un éxito en términos económicos –algo que Twitter nunca terminó de lograr–

Dados los antecedentes disponibles, me parece seguro afirmar que, en caso de seguir la tendencia impresionantemente positiva desde su lanzamiento, Threads reemplazará a Twitter para millones de personas. También me parece que, si esto ocurre, las usuarias y los usuarios habremos ganado.

Pero también estoy convencido que este hecho es sumamente problemático. Y lo es por dos motivos principales.

 El primero es que no debe hacernos olvidar que Mark Zuckerberg es un hombre cuya empresa ha puesto en jaque a la democracia, ha sido utilizada para planear violaciones masivas a derechos humanos, como la “limpieza étnica” en Myanmar,  o actos de violencia, como el ataque al Capitolio en Estados Unidos. 

Su misma empresa ha sido acusada, con evidencias sobradas, de recopilar masivamente y mal emplear los datos de sus usuarios, de tolerar discurso de odio, de prácticas anticompetitivas y de hacer un intenso lobbying para evitar ser regulada. 

Y Zuckerberg y Meta no conocen de contriciones. El hecho de que no hayan estado dispuestos a aceptar plenamente sus culpas y mostrar arrepentimiento ante los daños generados habla volúmenes de los principios que les rigen.

El segundo motivo es que el eventual engullimiento de Twitter colocaría a Meta, de facto, como el amo y señor de las redes sociales más relevantes. 

Meta es propietaria de Facebook, Instagram y WhatsApp. Se calcula que al menos la mitad de la población mundial participa en alguna red de esta empresa.  Twitter tiene muchos menos usuarios que las otras redes de Meta. 

Foto: Reuters

Lo importante en este caso no son tanto los números, sino la influencia. Y es que, dado que en Twitter transitan periodistas y líderes políticos, lo que ahí ocurre termina teniendo efecto desproporcionado. Y Meta buscará apoderarse de este mercado.

Esto no es todo: Threads es la primera red de Meta que correrá sobre un protocolo conocido como ActivityPub, una tecnología por medio de la cuál las redes sociales se vuelven interoperables. Threads formará parte de una federación de servidores descentralizados que permitirá intercambiar publicaciones y mensajes entre distintas plataformas –de forma análoga a la que uno puede mandar emails, por ejemplo, desde una cuenta de Gmail hacia una de Outlook–

Muchos de los actuales líderes de esta federación, conocida como “fediverso”, han expresado su preocupación. Aunque Threads no los absorberá, la masiva ventaja de esta red en términos de usuarios la terminará convirtiendo en la puerta de entrada y distribuidor de usuarios a través del fediverso. O por ponerlo en otros términos, las actuales redes que forman parte de este ecosistema podrían verse reducidas a ramas de Meta, que serían exploradas sólo por aquellos usuarios que quieran reglas distintas a las de Threads o conversaciones especializadas.

Con estos dos motivos en mente, es fácil ver que aunque para Zuckerberg y para Meta es una excelente noticia que sus pecados estén siendo perdonados y para nosotros una buena noticia que el Twitter de Musk sea reemplazado, hay algo perverso en la aparente redención de Mark Zuckerberg y en las celebraciones del hecho de que Meta esté por devorar, otra vez, a uno de sus rivales. Por muy tóxico que este haya resultado.