“Necesitamos reaprender a tratar a las víctimas de abuso”: Elvira Lindo 
La escritora española toca el tema del abuso infantil en su nueva novela ‘En la boca del lobo’.
- Redacción AN / HG

Por Héctor González
Julieta y su madre llegan a La Sabina a pasar las vacaciones. A sus once años esa aldea perdida le parece a Julieta el mejor lugar para dejar atrás problemas a los que no sabe poner nombre. A través de su nueva novela En la boca del lobo (Seix Barral), la escritora española Elvira Lindo (1962), aborda el tema del abuso infantil.
Con un lenguaje sutil y sin concesiones, la narradora se vale de la ficción para profundizar en el laberinto emocional de una víctima. “Creo que puedo llegar mejor al corazón de una víctima si utilizo un velo poético”, reconoce la autora a propósito de la obra con que ganó el Premio Liber 2023.
En la boca del lobo aborda un tema desgraciadamente mundial, como es el abuso infantil.
Cierto, varios de los mensajes más conmovedores que he recibido han sido de lectoras y lectores mexicanos. Siempre me ha interesado el desamparo como tema, no solo el infantil sino en general. Me provoca curiosidad descubrir cómo logran sobrevivir las personas después de una situación que altera completamente su forma de ser. A lo largo de los años he conocido a mujeres que sufrieron abuso, y poco a poco sus historias fueron construyendo algo. La novela está escrita de una manera particular porque no quería hacer algo escabroso, ni exhibicionista, al contrario, quería mostrar las cosas con delicadeza.
¿Crees que es contraproducente ser explícito al tocar este tipo de temas?
No puedo generalizar, pero yo preferí acercarme al tema con muchísimo respeto. Cuando escribes una novela piensas en la estructura y el tono, en este caso consideré que podría llegar mejor al alma de la víctima si mantenía un velo poético. Se que hay muchos libros escabrosos, pero desde mi experiencia he conectado más con la gente a través de un tono más sutil. A veces pensamos que somos solidarios con personas que han sufrido o han sido intimidadas o vejadas cuando eran niñas, sin tomar en cuenta el lenguaje y sin reparar en si somos bruscos o groseros, ese no es mi estilo. Las conversaciones que sostuve con víctimas mientras escribí el libro, siempre fueron íntimas y delicadas.
Usted ha escrito literatura infantil, ¿conocer ese terreno de qué manera le ayudó en la construcción de En la boca del lobo?
Me ayudó mucho, sobre todo por el estudio de la sintomatología física. Un niño o niña no comprende en absoluto lo que está ocurriendo mientras padece abuso, además se calla la experiencia porque piensa que no le van a creer o comprender, incluso no encuentra las palabras para expresarlo, por eso lo primero que brota es lo que ocurre en el cuerpo. Hay síntomas evidentes, los niños son transparentes y nos dicen las cosas con su manera de andar, con la forma en que colocan la espalda, si no comen o dejan de ser sociables. Todo da señas de lo que sucede en su interior, por eso el trauma se acentúa cuando el niño no se siente protegido en su entorno y en cambio se siente solo.
¿Qué posibilidades le daba para contar la historia, ubicarla en un lugar rural y pequeño como Sabina?
En principio el ligar me deslumbra, además es la comarca donde nació mi madre. Pensé que al situar la historia ahí podía acércame a un espacio con el cual tengo una relación personal, por eso fue importante.
En la novela leemos un desplazamiento de la protagonista, quien no todo el tiempo se define como víctima.
Hay que tener cuidado con la forma en que colectivamente tratamos a las víctimas, estamos acostumbrados a definirlos por esta condición y necesitamos reaprender a tratarlas, a protegerlas y no estigmatizarlas. El estigma sobre quien a padecido abuso es tal que muchas veces lo llevan como una especie de secreto que les hace creer que no son contempladas como el resto de los mortales. Lo más doloroso para una víctima es no sentirse escuchada, eso es terrible. A lo largo de la vida todo mundo trata de sobreponerse al dolor, y una víctima intenta llevar una vida normal, hay que comprender eso y a partir de ahí ayudar para que lo logren. Creo que quienes consiguen tener una vida amorosa rica son quienes mejor se sobreponen a esta situación.
¿Escribir le ayuda a superar dolores?
Sí, quien escribe o realiza un acto creativo, aunque no sea de una forma terapéutica, tiene la suerte de volcar sobre una historia sus demonios.






