Los perfiles de quienes aspiran a la candidatura presidencial | Artículo
Por Morena, la carrera por la candidatura se dará entre Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Adán Augusto López y Ricardo Monreal, mientras que en el Frente Amplio, los aspirantes serán Xóchitl Gálvez, Beatriz Paredes y Santiago Creel
- Rogelio Muñiz Toledo

Por Rogelio Muñiz Toledo
“El reclutamiento político es el vehículo por el cual los
individuos ingresan al proceso político a todos los niveles
y por numerosos canales, tanto formales como informales“
Roderic Ai Camp *
Los estudios sobre las élites y el reclutamiento políticos no abundan en nuestro país. Los libros del doctor Roderic Ai Camp sobre el tema han sido un referente en México, sobre todo en la última década del siglo pasado. La forma en la que se ingresa a la política y las claves para tener éxito en ella dependen en buena medida de las vías de ingreso y de los mecanismos de ascenso dentro de las élites políticas.
Los procesos de reclutamiento político y de acceso a las élites políticas han cambiado sustancialmente con la transición a la democracia en nuestro país. Si analizamos específicamente los procesos de reclutamiento y ascenso que determinan quiénes pueden llegar a la antesala de la presidencia de la república, vemos que hasta antes de la primera alternancia en el año 2000 la principal vía de acceso a la candidatura presidencial del partido gobernante era el gabinete del poder ejecutivo federal.
Con la transición y la alternancia en el poder ejecutivo federal, las vías de acceso a la candidatura presidencial se han ampliado tanto en el partido gobernante como en las oposiciones. Aunque la mayoría de las y los candidatos aún provienen de la clase política, es decir de profesionales de la política, su origen ha dejado de ser mayoritariamente el gabinete presidencial y vemos más aspirantes con trayectoria parlamentaria y trabajo político a nivel local.
Es importante señalar que es inadmisible cualquier intento de analizar los perfiles de las y los aspirantes a partir de las categorías contenidas en el último párrafo del artículo 1º. constitucional: el género, el origen étnico o nacional, la condición social, la edad (obviamente, siempre y cuando se cumpla con el requisito del artículo 82 constitucional de tener 35 años cumplidos al tiempo de la elección), las discapacidades, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias sexuales o el estado civil.
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Revisar los perfiles de las y los aspirantes a partir de las categorías señaladas en el párrafo anterior nos llevaría necesariamente al terreno de la discriminación, lo cual sería muy grave. Los análisis de los perfiles de quienes aspiran a dicha candidatura deben basarse en los antecedentes políticos, la trayectoria profesional, las habilidades, los resultados y las credenciales ideológicas y éticas de las personas. Al analizarlos encontraremos datos interesantes.
A dos semanas de la definición en el oficialismo y en la alianza opositora -salvo que sucediera algo inesperado o sorpresivo en los procesos en curso- pareciera que las candidaturas estarían definidas en favor de Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez, respectivamente; aunque podríamos estar ante dos carreras parejeras, una entre Sheinbaum y Ebrard y otra entre Gálvez y Paredes.
Sin embargo, para los fines de este artículo revisé los perfiles de los ocho aspirantes que considero que han llegado a la antesala de la candidatura presidencial por el partido gobernante y por la coalición opositora. Sin olvidar que aún faltaría la definición de la candidatura de Movimiento Ciudadano, que parece que no cambiará su estrategia de ir solo a la elección presidencial, y la posibilidad de que se registre alguna candidatura independiente.
Me referiré a los perfiles de la y los aspirantes de Morena (Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Adán Augusto López y Ricardo Monreal), del y las aspirantes del Frente Amplio por México que pasaron a la tercera etapa (Xóchitl Gálvez, Beatriz Paredes y Santiago Creel) y del aspirante del frente que no pasó a la segunda etapa (Miguel Ángel Mancera), pero que mantiene latente su participación en virtud de que tiene pendiente de resolución una sólida impugnación en el Tribunal Electoral, cuyo fallo podría resultarle favorable en los próximos días.
En relación con la región del país de la que provienen, cuatro de los aspirantes nacieron en la Ciudad de México (Creel, Ebrard, Mancera y Sheinbaum) y cuatro en estados del norte, centro y sureste del país (Gálvez en Hidalgo, López en Tabasco, Monreal en Zacatecas y Paredes en Tlaxcala), pero sin su trabajo político en la capital de la república sería difícil explicar su ascenso dentro de las élites políticas nacionales.
La importancia de hacer política en la Ciudad de México para lograr la candidatura presidencial sigue siendo evidente. Tres han gobernado la Ciudad de México: Ebrard, Mancera y Sheinbaum. Dos lo han intentado: Creel en una ocasión (2000) y Paredes en dos (2006 y 2012); ambos han sido candidatos a la Jefatura de Gobierno sin lograr el triunfo. Monreal en 2018, y Gálvez recientemente, también han buscado gobernar la capital de la república. Tres de las y los aspirantes han sido jefes delegacionales en la Ciudad de México de 2015 a 2018: Gálvez en Miguel Hidalgo, Monreal en Cuauhtémoc y Sheinbaum en Tlalpan. López logró subirse a la contienda siendo secretario de gobernación, es decir, con trabajo político en la capital de la república.
Las universidades son consideradas una fuente de reclutamiento de las élites políticas. Cinco son egresados de la UNAM (Creel, Gálvez, Mancera, Sheinbaum y Paredes) y uno más si consideramos sus posgrados (Monreal), uno de El Colegio de México (Ebrard) y dos de universidades públicas estatales (López de Tabasco y Monreal de Zacatecas). Ninguno es egresado de universidades privadas. Cuatro estudiaron derecho (Creel, López, Mancera y Monreal); dos, ciencias (Gálvez se graduó en ingeniería en computación y Sheinbaum en física); y dos, ciencias sociales (Ebrard es licenciado en relaciones internacionales y Paredes en sociología). Cinco tienen estudios de posgrado en el extranjero: Creel, Ebrard, López, Mancera y Sheinbaum. Tres tienen doctorado (Mancera, Monreal y Sheinbaum, todos en la UNAM).
Otro criterio de análisis es la militancia partidista y el activismo en el trabajo político partidista. Gálvez y Mancera no militan ni han militado en partidos políticos, aunque ambos han accedido a dos cargos de elección popular por la vía partidista (el PAN y el PRD); Ebrard ha sido militante o candidato de seis partidos (PRI, PVEM, el extinto Partido de Centro Democrático fundado por Manuel Camacho y él, PRD, MC y Morena); Monreal de cinco (PRI, PRD, PT, MC y Morena); López de tres (PRI, PRD y Morena); Sheinbaum de dos (PRD y Morena); Paredes únicamente del PRI y Creel sólo del PAN. La única que ha presidido un partido político y que tiene trabajo partidista muy activo es Beatriz Paredes.
Los partidos siguen monopolizando las candidaturas para sus militantes. El reclutamiento político para la candidatura presidencial no se ha abierto a la ciudadanía. Dos de los aspirantes, Gálvez y Mancera, fueron considerados outsiders de la política al principio de sus carreras políticas, al inicio del siglo XXI, pero luego de formar parte de los gobiernos de Fox a nivel federal y de Ebrard en la Ciudad de México, respectivamente, y de llegar a dos puestos de elección popular por la vía partidista, ya no pueden considerarse unos recién llegados a la política en el actual proceso, por más que permanezcan sin afiliación a algún partido.
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En relación con la experiencia de gobierno, el reclutamiento se ha movido del gabinete presidencial hacia los gobiernos locales y el legislativo. Solo tres han sido secretarios de estado (Ebrard de relaciones exteriores; Creel y López de Gobernación), pero seis han gobernado su entidad de nacimiento (Ebrard, Mancera y Sheinbaum la Ciudad de México, López Tabasco, Monreal Zacatecas y Paredes Tlaxcala). Gálvez fue candidata a la gubernatura de su estado de nacimiento (Hidalgo) en 2010, pero perdió la elección por alrededor de 5 puntos porcentuales.
Quienes no han sido secretarios en el gabinete presidencial, tienen experiencia de gobierno a nivel local. Ebrard, Mancera y Sheinbaum han formado parte del gabinete del Gobierno de la Ciudad de México y Gálvez ocupó un cargo relevante en el gabinete ampliado con Vicente Fox y fue jefa delegacional. Paredes ha sido subsecretaria de estado en cuatro ocasiones (tres de gobernación y una de la reforma agraria). Gálvez, Monreal y Sheinbaum han sido jefes delegacionales.
Los aspirantes también acumulan experiencia legislativa importante. Seis han pasado por el Senado (Creel, Gálvez, López, Mancera, Monreal en tres ocasiones y Paredes dos veces) y cinco por la Cámara de Diputados (Creel dos veces -además de que fue diputado constituyente de la Ciudad de México-, Ebrard, López, Monreal tres veces y Paredes en cuatro ocasiones). Creel ha sido presidente de la Cámara de Diputados y del Senado y Paredes tres veces de la Cámara de Diputados. López y Paredes además han ocupado una diputación local. Solo Sheinbaum no ha sido legisladora.
Como ya se explicó, la edad no debe ser un criterio de análisis de los perfiles. Solo como un dato final y sin que el mismo implique valoración alguna sobre el perfil de las y los aspirantes, es importante señalar, como un elemento para evaluar la renovación de las élites políticas en el país, que el promedio de edad de las y los aspirantes es de 62 años, con un rango que va de los 57 a los 70 años.
Estos datos permiten llegar a algunas conclusiones: se ha avanzado en la paridad entre géneros (hay tres mujeres y cinco hombres y lo más probable es que ambas candidaturas sean para una mujer); el reclutamiento político se ha movido del poder ejecutivo al legislativo y los gobiernos locales; hay un equilibrio en relación con la región del país del que provienen las y los aspirantes, pero el trabajo político en la Ciudad de México sigue siendo una vía de acceso privilegiada a la candidatura presidencial; el activismo partidista sigue sin ser una vía de acceso importante, aunque después del presidente de la república, las élites de los partidos mantienen una parte importante del control sobre el proceso de selección de la candidatura presidencial; la UNAM y las universidades públicas siguen siendo una fuente importante de reclutamiento de las élites políticas y, finalmente, el perfil ideológico no parece ser un factor determinante para obtener la candidatura.
* El doctor Roderic Ai Camp es un politólogo y profesor universitario estadounidense
especializado en política mexicana, élites y reclutamiento políticos




