Onçafari: ecoturismo y jaguares en el Pantanal de Brasil

Por Onçafari

Fue en el corazón del Pantanal donde nació Onçafari; una iniciativa inspirada en los safaris africanos y en el deseo de acercar a las personas a la naturaleza a través del ecoturismo. Creada en 2011 por Mario Haberfeld, expiloto de automovilismo, la ONG comenzó su labor en Caiman Pantanal con el objetivo de promover la conservación del jaguar y valorar la fauna nativa a través del turismo responsable. Onçafari ha crecido y ampliado su misión, y ahora celebra 14 años dedicados a la conservación de la biodiversidad brasileña.

Actualmente, Onçafari opera en ocho áreas principales: Ecoturismo, Ciencia, Reintroducción, Educación, Social, Bosques, Prevención de Incendios e Incidencia. Este enfoque integral permite a la organización enfrentar los desafíos ambientales de manera articulada, conectando la conservación de la fauna silvestre, la preservación de biomas, la transformación social y la concientización pública. Los datos científicos recopilados a lo largo de los años por Onçafari respaldan el desarrollo de políticas públicas y apoyan a otras instituciones enfocadas en la conservación.

“Queríamos demostrar que un jaguar vale más vivo que muerto a través del ecoturismo; por eso se creó Onçafari”, afirma Lilian Rampim, bióloga y coordinadora de operaciones en la base Caiman Pantanal. Y agrega: “Con el tiempo hemos demostrado, mediante el ecoturismo, que mantener al animal vivo, sano y habituado a la presencia humana, de manera que pueda ser observado en su ambiente natural, genera ingresos”.

El ecoturismo, la base de Onçafari, sigue siendo una de sus herramientas de conservación. Es una práctica basada en la observación de la fauna en su hábitat natural, realizada con responsabilidad y planificación. A través de la técnica de habituación, los jaguares se acostumbran gradualmente a la presencia de vehículos de safari sin interferir en su comportamiento. El resultado es la oportunidad de observar a estos grandes felinos en libertad, una experiencia única y educativa que contribuye a valorar la vida silvestre y el ecosistema del Pantanal.

“Habituar animales” no significa domesticarlos; significa mantenerlos completamente silvestres y libres, pero sin que se sientan amenazados por los vehículos. Esta técnica permite avistamientos más prolongados y frecuentes de jaguares y brinda la oportunidad de observar comportamientos de la especie nunca vistos antes. En el proceso de habituación, el animal sigue siendo 100% silvestre; simplemente acepta la presencia del vehículo sin huir.

Este proceso comenzó con una jaguar llamada Esperança, considerada la gran matriarca de Onçafari. Fue una de las primeras en habituarse y ya ha tenido numerosas crías e incluso nietos. Toda su descendencia fue fácilmente habituada porque su madre siempre se mostró tranquila en presencia de los vehículos del equipo.

La experiencia del safari sigue el ritmo de la naturaleza, con salidas en vehículos abiertos, generalmente al amanecer y al atardecer. En esos momentos los animales, especialmente los jaguares, están más activos. Los avistamientos no siempre son fáciles, incluso con la habituación, pero hoy, con la ayuda de tecnologías como los collares de GPS y las antenas de telemetría, las posibilidades de encuentro aumentan significativamente.

El collar, combinado con la antena de telemetría, capta señales de los jaguares monitoreados. A través de pitidos rítmicos, es posible localizar al animal con precisión y observarlo, registrando al mismo tiempo datos de campo valiosos como coordenadas GPS, fecha y hora, descripción del hábitat y comportamiento. Esta es una de las herramientas más importantes para la investigación de campo. Según el biólogo Carlos Eduardo Fragoso:

Nos ayuda a comprender el movimiento de los animales en su hábitat, identificar los lugares donde pasan más tiempo, entender mejor las horas de mayor actividad y localizar presas y madrigueras.

Esta información ayuda al equipo a interpretar patrones y predecir comportamientos, haciendo que la experiencia del safari sea más enriquecedora y responsable.

Ecoturismo en el Pantanal: la misión de Onçafari

El Pantanal se extiende por los estados brasileños de Mato Grosso y Mato Grosso do Sul, y alcanza ligeramente Bolivia y Paraguay, cubriendo un área total de unos 15 millones de hectáreas. En nuestras bases operativas dentro de la región ya se han identificado 359 jaguares y, desde el inicio de Onçafari, se han registrado 8,373 avistamientos en Caiman, 1,072 de ellos solo en 2024.

Antes de que Onçafari comenzara el proceso de habituación, los jaguares se veían solo en raras ocasiones en Caiman (aproximadamente cinco veces al año).

Además del jaguar, el mayor felino de América, los visitantes también pueden observar a otros cuatro gigantes de la región en Caiman Pantanal: el ciervo de los pantanos, la especie de ciervo más grande de Brasil; el oso hormiguero gigante, el mayor del mundo; el tapir brasileño, el mamífero terrestre más grande del país; y el carpincho, el roedor más grande del mundo.

Estas especies son conocidas como los “Cinco Grandes”. En los safaris africanos, el término surgió originalmente entre cazadores para describir a los cinco animales más difíciles y peligrosos de cazar: el elefante, el león, el rinoceronte, el búfalo cafre y el leopardo. Con el tiempo, el término fue redefinido y hoy se utiliza para referirse a los cinco animales silvestres más emblemáticos de observar en un safari africano. Este concepto ha inspirado a otras regiones del mundo a definir sus propios “Cinco Grandes”, destacando especies nativas grandes, llamativas e importantes desde el punto de vista ecológico.

Los Cinco Grandes del Pantanal representan no solo la grandeza de la fauna local, sino también su singularidad ecológica y su importancia para el turismo de naturaleza.

De hecho, Onçafari lanzó en 2021 el Proyecto Tapirapé, centrado en el ecoturismo y la habituación de tapires en áreas de monitoreo de Caiman Pantanal. La iniciativa utiliza cámaras trampa y protocolos de monitoreo similares a los aplicados con los grandes felinos, lo que contribuye a la comprensión de los movimientos poblacionales de esta especie.

El tapir brasileño ya ha perdido un 14% de su área de distribución y es considerado una especie vulnerable. Pocas investigaciones se han realizado sobre tapires en estado silvestre porque son animales tímidos y esquivos. Sin embargo, desde su inicio, el Proyecto Tapirapé —pionero en la conservación de tapires— ya ha identificado a más de 40 individuos y registrado cerca de 1,000 avistamientos. En apenas cinco años, alcanzó un promedio histórico de 30% de huéspedes con avistamientos de tapires, y en 2024 esa tasa aumentó a 40%.

Turismo responsable y biodiversidad en Brasil

En el bioma Cerrado, Onçafari opera en Pousada Trijunção, en la frontera entre los estados brasileños de Bahía, Goiás y Minas Gerais. En esta zona, el foco está en el lobo de crin, una especie de cánido endémico de Sudamérica.

Desde 2018, cuando comenzaron las actividades de ecoturismo en Trijunção, se han registrado 1,890 avistamientos de lobos de crin, 363 de ellos en 2024.

La historia de la habituación y el ecoturismo en el Cerrado comenzó con Diadorim, el primer lobo de crin capturado por Onçafari en la región, que recibió un collar de radio en 2018. Sin embargo, fue su compañera de entonces, Nhorinhá, quien realmente impulsó el ecoturismo del lobo de crin. Nhorinhá fue capturada tres días después de Diadorim y la mayoría de los avistamientos significativos y estudios de comportamiento de la especie se basaron en ella.

Nhorinhá fue monitoreada hasta su fallecimiento en junio de 2023 y dejó un impacto duradero en la región. Junto a su compañero de largo tiempo, Buriti, uno de sus mayores legados es Savana, la loba de crin más monitoreada actualmente por el equipo de Onçafari durante los safaris.

El impacto del ecoturismo va más allá de generar conocimiento y conciencia; también crea oportunidades profesionales para los residentes locales que trabajan en diversas etapas de las operaciones de safari. Son personas con profundo conocimiento de la región y de sus costumbres, que aportan saberes esenciales para la convivencia armónica con la fauna. La presencia de turistas interesados en la vida silvestre también impulsa la economía y fomenta la participación comunitaria, lo que conduce a una mayor valoración de las especies y la preservación de los hábitats, reforzando así el valor de la biodiversidad.

Además, cada recorrido es una oportunidad de aprendizaje. Acompañados por guías locales del Pantanal y biólogos, los visitantes aprenden sobre la ecología de las especies y los hábitats, las amenazas que enfrentan y los esfuerzos diarios para asegurar su conservación, mediante charlas impartidas por Onçafari antes de los recorridos. Es una experiencia que conecta emoción, ciencia y conciencia ambiental.

A lo largo de estos 14 años, Onçafari ha demostrado que es posible conciliar conservación ambiental, desarrollo económico y educación ambiental a través del ecoturismo; un ejemplo de cómo la observación respetuosa de la fauna puede ser una poderosa aliada para proteger los biomas y construir un futuro más verde.

¿Interesado en conectarse con la naturaleza en los fascinantes biomas de Brasil? Escribe a viagens@oncafari.org para saber cómo participar.

Para más información sobre el trabajo de Onçafari, visite oncafari.org

Texto traducido por Samantta Hernández Escobar