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“La cultura de la cancelación es lo opuesto al progreso, la libertad y el respeto”: Rob Riemen

El filósofo de Países Bajos habla publica ‘El arte de ser humanos’, un ensayo sobre que invita a repensar temas como el miedo y la educación.

  • Redacción AN / HG
24 Oct, 2023 12:42
“La cultura de la cancelación es lo opuesto al progreso, la libertad y el respeto”: Rob Riemen

Por Héctor González

¿Cómo vivir? ¿Qué es una sociedad justa?, estas son dos de las preguntas que motivaron el filósofo Rob Riemen (Países Bajos, 1962) a escribir El arte de ser humanos (Taurus).

Para el creador del Nexus Institute, organismo cuyo objetivo es promover el pensamiento y el análisis, es necesario reencontrarnos con nuestra capacidad para crear y apreciar la belleza, en la medida en que lo consigamos podremos dejar atrás la estupidez y la mentira, que advierte el académico, predominan.

“Una de las razones que me llevó a escribir el libro fue explicarle a la gente de una manera sencilla, que, los seres humanos tenemos las capacidades mentales o espirituales para poder manejar el miedo”, precisa Riemen en entrevista.

¿Cómo hacer de la vida un arte cuando la mayoría de la gente se preocupa por sobrevivir?

Es verdad, todos estamos sobreviviendo. Ahora es más difícil ejercer lo que implica ser humano con todas sus consecuencias políticas y sociales. Alrededor del mundo, en los lugares donde hay más guerra y violencia existe un mayor riesgo de que surja el totalitarismo. Cada vez tenemos más jóvenes con graves problemas mentales, justo por eso necesitamos más que nunca recuperar el arte de convertirnos en humanos.

En el libro apunta que cada vez conocemos menos la esencia del ser humano, y esto es paradójico si pensamos en el desarrollo o en el avance que debería suponer la Inteligencia Artificial.

Cierto, pero eso algo artificial, es decir, no es real. Tenemos decidir: nos preocupamos por lo que significa ser humanos o nos convertimos en robots. Hacemos planes para ir a Marte, tenemos telescopios que nos muestran estrellas que están a millones de años luz, pero al mismo tiempo, no sabemos cómo cuidar la Tierra ni vivir juntos. Hay otra guerra en Medio Oriente, en México tienen problemas con el narcotráfico. ¡Es una locura! Gastamos millones de dólares en desarrollo tecnológicos, pero en un sentido humanista damos pasos para atrás.

Después de una pandemia y en medio de guerras en Medio Oriente y Ucrania, ¿qué papel juega en todo esto el miedo?

Déjeme comentarle algo, presenté mi libro en España donde di más de veinte entrevistas y nadie me preguntó por el miedo, en cambio en México, en cada uno de mis encuentros con periodistas este tema sale en la conversación. Aparentemente aquí es algo muy importante. Habiendo dicho esto, el miedo es una experiencia humana fundamental, mucha gente lo padece continuamente, pero busca reprimirlo y no confrontarlo. Me parece, en principio, que en México son más honestos porque al menos no lo niegan. Los seres humanos somos vulnerables en muchas formas: enfermedades, violencia, nuestras elecciones cotidianas. Una de las razones que me llevó a escribir el libro fue tratar de explicarle a la gente de una manera sencilla, que, los seres humanos tenemos las capacidades mentales o espirituales para poder manejar el miedo.

En el caso concreto de México, ¿qué interpretación hace de que todos le preguntemos por el miedo?

México es un país muy violento, todo lo que nos llega a Europa son noticias de crímenes, del maltrato a las mujeres y de asesinatos de periodistas. Además, tienen un presidente con el extraño hábito de hablar todas las mañanas de sus enemigos, en su discurso hay una resonancia de lo que hicieron Stalin o Mussolini. Los mexicanos están mucho más expuestos a distintas formas de miedo. Por otro lado, insisto, hay una hipocresía en Europa Occidental que nos impide reconocer que también vivimos con miedo. Pese a la riqueza, nos estamos convirtiendo en una sociedad decadente. No se habla de nuestros grandes problemas, hemos hecho del Mediterráneo un enorme cementerio de migrantes africanos y preferimos discutir si decimos “elle”, “ella” o “él”. Debido a la tontería del “woke” nos distraemos de grandes problemas y terminamos por ser arrogantes y estúpidos.

Usted ha dicho que vivimos en una época de estupidez.

Cierto, asómese a los periódicos y lo verá.

¿Cómo salir de este periodo?

No nos queda de otra, más nos vale salir porque la alternativa es la muerte. Si no viera posibilidades no habría escrito el libro, hubiera preferido ser banquero. Hacerse rico es fácil, si quieres hacer una vida fácil y estúpida métete a las finanzas, pero si realmente te preocupa el mundo en que vivimos y tienes sensibilidad por tus hijos o nietos, entonces necesitamos asumir nuestra responsabilidad.

¿Cómo fue que la cultura “woke”, cuyo origen es alertar, se convirtió en la cultura de la cancelación?

Una cosa es hacer consciente a la gente de las diferencias y otra es la cancelación, lo siento, pero esto ya lo había hecho Stalin. Boris Pasternak lo vivió, “si no piensas como yo, te elimino”. La cultura de la cancelación es lo opuesto al progreso, la libertad y el respeto.

En el libro habla también de la importancia del arte o la poesía para salir de la crisis humanista que vivimos, ¿no suena demasiado idealista esto?

No solo idealista, también suena elitista. Todo interesado en el futbol sabe quien es Leo Messi, uno de los mejores jugadores del planeta y gana 400 millones de euros al año, él está dentro de la elite de los deportistas, como esa tenemos las elites de los negocios y el poder, muchos de ellos son admirados por miles de personas. Sin embargo, cuando hablamos de una elite relacionada con la cultura entonces ya se dice que es peligrosa para la democracia, este es un error fundamental. Necesitamos regresar al significado de la palabra. Una elite no necesariamente es excluyente, incluye a los mejores, como Messi. Todos deberíamos aspirar a ser una sociedad más civilizada o mejor y en ese sentido, necesitamos de la cultura para una construir una elite intelectual que defienda los valores verdaderamente importantes.

¿De ahí viene su crítica a las universidades y las academias?

Es un gran error creer que las grandes universidades como Harvard o la UNAM son maravillosas, la realidad es que son un desastre. En 2008, con la crisis financiera, millones de personas se vieron afectadas por un problema provocado por gente egresada de Yale. Más que universidades son instituciones impulsadas por el dólar. Su idea básica es ser útil para la economía o el Estado, pero eso no tiene nada que ver con el origen de la universidad, me gusta retomar el concepto de “la gran estupidez”, de Robert Musil. Toda esta gente que tiene grandes títulos en realidad es muy estúpida.

¿Cuál es su idea de la educación?

Propongo regresar al significado de la palabra. Educar, en latín significa crecer y eso implica pasar de ser un bebé para convertirnos en un ser humano consciente de su naturaleza, esa es la diferencia entre nosotros y los animales. Educar consiste en proporcionar las herramientas para convertirse en mejores seres humanos.

 

 

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