“El enemigo del feminismo es el patriarcado, no las mujeres trans”: Évolet Aceves |Video
La escritora mexicana habla de su primera novela ‘Tapizado corazón de orquídeas negras’.
- Redacción AN / HG

Por Héctor González
Cayetana de la Cruz y Schneider es algo más que una artista reconocida del México de postrevolucionario. Su historia va un paso delante de una sociedad que apenas está por definir su rumbo en el siglo XX.
Un buen día y ante un periodista, ella decide contar su historia, es así como nace Tapizado corazón de orquídeas negras (Tusquets), una novela de Évolet Aceves (Toluca, 1994) que rinde homenaje a una época de efervescencia cultural y política, y que apuesta ir más allá de la etiqueta de literatura trans para colocarse en lo que es una literatura sin adjetivos.
“Si es que en México hubiera una literatura trans está muy empobrecida porque no hay mucho de donde elegir, casi todo es muy testimonial y no creo que sea un problema de la comunidad, sino más bien del mundo editorial al que todavía le falta dar más oportunidades”, reconoce la escritora en entrevista.
¿Qué te lleva a construir y contar la historia de un personaje como Cayetana de la Cruz y Schneider?
Un impulso interior por sacar esta historia que fui escribiendo durante varias noches. Nació en parte de mí vida, pero también de mi gusto por la literatura barroca, por mi amor al siglo XX, su historia y cultura. Además, está mi atracción por las artes plásticas mexicanas.
El interlocutor de la protagonista es un periodista, ¿qué tanto este personaje se convirtió en el espejo de ella y también de ti mismo?
Hay un poco de mí en todos los personajes, yo también hago entrevistas y me gusta el periodismo narrativo. Sin embargo, a toda costa quería evitar una autobiografía o un testimonio, por eso todo pasa por el filtro de la ficción. También tomé en cuenta a los cronistas y escritores de entonces, que tanta buena literatura y periodismo nos dieron, pienso en Manuel Gutiérrez Nájera, por ejemplo.
¿Ubicar la novela a principios del siglo XX te permitió tomar la distancia que estabas buscando?
Sí, pero no fue lo único. Incluí eventos que no me pasaron o que sí sucedieron, pero los cambié. Use la fantasía para meter atmósferas góticas y algo de Art Nouveau. Como ya dije, tengo una gran admiración por los siglos XIX y XX, así que esa fue otra razón. En aquel periodo tuvimos grandes cuentistas y en cierto sentido la novela se fue escribiendo como un cuento porque se estructura a partir de capítulos breves.
De principios de siglo XX es también Amelio Robles, un militar que transgredió a su época y a su género. ¿Colocar tu relato en el México revolucionario y post revolucionario obedecía también a un interés por transgredir esa época, contada en su mayoría desde una perspectiva masculina?
Cierto, creo hubo personajes semejantes a Cayetana. Siento bonito cuando me preguntan si existió, pero lo cierto es que la inventé. No obstante, me gustaría saber qué hubo alguien como ella. Algo bonito de la literatura es que te permite transformar la realidad.
¿Podríamos hablar de una tradición de una literatura trans en México?
Entiendo la pregunta, pero más que hablar de una literatura trans, prefiero hablar de literatura. Tenemos testimonios y vivencias sobre la vivencia trans, pero a mí me gusta leer ficción. No demerito el realismo, sin embargo, no me interesa lo biográfico para hablar de la cuestión trans contemporánea, tal vez porque ya sé por dónde va. Si es que en México hubiera una literatura trans está muy empobrecida porque no hay mucho de donde elegir, casi todo es muy testimonial y no creo que sea un problema de la comunidad, sino del mundo editorial al que todavía le falta dar más oportunidades.
¿Sigue habiendo prejuicios o censura?
Hay muchos prejuicios y un machismo imperante, lo vemos con la literatura escrita por mujeres. Tardó años en poder llegar a tantos libros publicados como sucede hoy, espero dentro de poco podamos contar con la misma oferta por parte de las mujeres u hombres trans. Nos hacen falta más propuestas literarias y desde todos los géneros.
Tienes razón, novelas como El beso de la mujer araña o El vampiro de la colonia Roma valen por su propuesta estética y no por lo que representaron en su momento.
Ambos ejemplos están en la liga de la gran literatura por su forma y estilo sin importar si tienen temática LGBT o gay, eso nos hace falta con autores trans.
¿Cuál es tu percepción de los colectivos feministas que hacen a un lado a la comunidad trans?
Mi postura está en el Manifiesto de la mujer dual, incluido en la novela. Me parece un error que las radicales feministas sean trans excluyentes, el enemigo del feminismo es el patriarcado, no las mujeres trans. La exclusión viene desde hace tiempo, pero es momento de reflexionar e invitar a la gente a no atacar a la población trans. El feminismo y la comunidad históricamente han estado de la mano, y eso lo vemos desde la primera marcha LGBT en 1978, las mujeres trans estuvieron al frente y las feministas las arroparon. Creo que la exclusión actual viene de grupos ultraconservadores y de grupos religiosos, es ilógico que haya quienes desde el feminismo se sumen a estas posiciones.
