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“Me interesa profundizar en la concientización de nuestra relación con la tecnología”: Jorge Carrión

‘Las huellas’ es el volumen que reúne la tetralogía donde el narrador español explora la transición del siglo XX al XXI, y será presentado este miércoles 28 en la librería Rosario Castellanos del FCE a las 19:00 horas.

  • Redacción AN / HG
28 Aug, 2024 06:23
“Me interesa profundizar en la concientización de nuestra relación con la tecnología”: Jorge Carrión

Por Héctor González

¿Cómo se cuenta el cambio de un siglo? ¿Más allá del calendario que define el cambio de una época? Algo de esto es lo que hay detrás de Las huellas (Galaxia Gutenberg), la tetralogía de Jorge Carrión (Tarragona, España, 1976) que por fin ve la luz en un solo volumen.

Los muertos, Los huérfanos, Los turistas y Los difuntos, son los cuatro títulos que integran el que tal vez sea el proyecto narrativo más ambicioso de un escritor siempre interesado en reflexionar alrededor de la relación entre el ser humano y la tecnología.

“No soy ni apocalíptico ni integrado. Intento encontrar un punto medio, una equidistancia que me permita mantener el espíritu crítico”, advierte Carrión, quien se encuentra en la CDMX para presentar el volumen y para tener un encuentro con jóvenes, el próximo viernes 29 de agosto en el marco de la Filuni.

¿Desde el principio te planteaste Las huellas como una tetralogía?

Cuando empecé a escribir Los muertos no sabía que el proyecto crecería tanto, pero al terminar la novela descubrí que me interesaba mucho el mundo que había creado. Ahí hablo de una serie de televisión, pero también quería abordar más de la vida de sus creadores, personas nacidas durante el siglo XX que deciden contar los problemas de su siglo, solo que con las herramientas del XXI, así fue como nació Los huérfanos y casi de inmediato siguieron Los turistas, para entonces ya tenía claro que sería un ciclo de tres novelas y media.

En su conjunto el volumen funciona como una visión panorámica de una época.

No escribo ficción pensando en un objetivo o en un tema, las ideas me surgen a partir de los personajes y las historias. Los muertos se me ocurrió como una serie de televisión para reflexionar sobre nuestra relación con los muertos de las dictaduras y guerras y llevarlos al plano de la metáfora. Creo que todo empezó por un interés por contar la pantalla, el píxel e internet, ya después todo se complicó. Ahora que releí la tetralogía caí en cuenta de que terminé contando el cambio del siglo XX al XXI. En la primera parte de Los muertos se habla mucho de Blade Runner mientras que, en la segunda de Los Sopranos, es decir, el cambio del cine a la televisión como objeto cultural central. En Los turistas se habla del mundo antes del 11S y en Los huérfanos del mundo posterior a la Tercera Guerra Mundial, es decir, todo el tiempo hay contrastes relacionados con una forma de contar una época. Así como Stefan Zweig hizo con su libro El mundo de ayer, donde cuenta el mundo previo a la Primera Guerra Mundial, yo quería contar cuánto tarda en morir un siglo y hasta qué punto el siglo XX sigue existiendo todavía.

Hay quienes dicen que el siglo XXI empezó con el ataque a Las Torres Gemelas.

En Lo viral, medio en serio y medio en broma digo que el siglo XX terminó cuando se estrenó el reality Big Brother, pero quizá se acabó en el 2019 con el Covid-19. Ahora tenemos boom de IA generativa, pero en realidad nació con la cibernética hace setenta años o con Frankenstein hace 200. Solemos acumular capas de pasado en nuestro presente de modo que un siglo nunca acaba de morir, aún así me interesa narrar esta lentísima disolución.

Algo presente en tanto en Las huellas como en tus ensayos, es nuestra relación con la tecnología.

Cierto, en Las huellas intenté contar nuestra relación con la pantalla y en Membrana con la Inteligencia Artificial para lo cual intenté ir más atrás para recordar que lo humano es tecnohumano. Nos gusta vernos con una esencia o como sujetos ajenos a lo tecnológico, pero a la ves creamos modos de crear fuego o tejer. Me interesa profundizar en la concientización de nuestra relación con la tecnología.

Aunque también tienes ensayos donde se percibe cierta resistencia a la inercia de la época, pienso en Contra Amazon o tus textos sobre las bibliotecas y librerías.

No soy ni apocalíptico ni integrado. Intento encontrar un punto medio, una equidistancia que me permita mantener el espíritu crítico. Tiendo a recordar que el ser humano, aunque es capaz de crear belleza y conocimiento, también se caracteriza por su tendencia a la violencia y el exterminio. Al mismo tiempo, siempre acabo hablando de las virtudes de ciertas tecnologías y lenguajes. Me interesa hablar de la luz y de la sombra porque creo que eso es lo que nos define como seres humanos.

Una constante de esta época y de tus libros es el culto a la muerte y a la memoria.

Llegué a Los muertos y la muerte por un concepto. Me interesaba pensar en lo que sucede cuando vemos una película o jugamos un videojuego y alguien muere. ¿Ese ser se despierta en otro mundo?, ¿podría haber un infierno o paraíso de los seres de ficción? Poco a poco amplié el de campo para hablar de las mascotas, por ejemplo, es decir, me asomé al tema por la ficción no porque me interesara particularmente.

¿Ahora que tienes el volumen de Las huellas lo piensas como una novela total?

Sí, aunque ese ciclo se cerró en 2012, solo que apenas ahora vea la luz como un proyecto mismo. No obstante, en mis libros posteriores siguen presentes los temas el del exterminio, lo posthumano y la relación con lo no humano. Evidentemente soy el mismo, tengo recursos e imaginarios limitados, pero intento no repetirme.

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