“Sería muy deseable que durante el proceso electoral se coloquen temas culturales en la agenda”: Néstor García Canclini |Video

Por Héctor González

Desde hace décadas, Néstor García Canclini (1939) ha sostenido la necesidad de crear un Sistema Nacional de Cultura para México. Tras la pandemia esto se convirtió en una urgencia, dado que existe una tendencia que da cuenta de la disminución de recursos.

A fin de revisar cómo llegamos a esto, el antropólogo publica Emergencias culturales (Gedisa), título coordinado por el propio García Canclini en donde realiza un estudio comparativo de Brasil con nuestro país, y donde tristemente México, no salió bien librado..

¿Cómo nace la idea del libro Emergencias culturales?

El origen estuvo en una invitación que me hizo la Universidad de Sao Paulo para ser profesor visitante durante un año, esto fue en 2020. Desde el comienzo dije que me interesaba dar dos seminarios, pero centrados en una investigación comparativa con México. Me pusieron dos asistentes post doctorantes para que me apoyaran, pero se atravesó la pandemia y no pude viajar durante un año, de modo que las entrevistas las hicimos vía remota. Después pude viajar y pudimos seguir adelante. Empezamos el estudio sin saber qué íbamos a encontrar. Brasil tiene mejor sistematizada la información cultural pública, en México hay encuestas nacionales de consumos culturales, de lectura y registros de instituciones, pero son experiencias discontinuas e inconexas. En Brasil, Bolsonaro degradó el Ministerio de Cultura al nivel de Secretaría y le redujo presupuesto, aun así, decenas de miles de artistas y trabajadores culturales en abril de 2020 se organizaron para ver qué podían conseguir ante la pandemia. Cabildearon con legisladores y descubrieron un fondo inactivo equivalente al presupuesto anual de cultura en México y consiguieron que se los adjudicaran. En México hubo malestar, más de 800 mil trabajadores culturales perdieron el empleo, hubo protestas por la ausencia de pagos y un reclamo importante para que fondos asignados al Proyecto Chapultepec se otorgaran a los artistas, pero fueron más reclamos que propuestas. Según datos del BID, entre 2019 y 2020, el presupuesto a cultura en Brasil subió 143%, en México el incremento fue de 3%.

Usted ha hablado de la necesidad de un Sistema Nacional de Cultura en México, ¿esto dificulta la articulación del sector?

Esa es una razón, Brasil creó un Sistema Nacional de Cultura cuando el ministro era Gilberto Gil y eso les permitió articular los puntos culturales para ubicar necesidades. En México tenemos un sistema muy centralizado, pero poco organizado, falta una visión integral basada en datos actualizados periódicamente: niveles de asistencia a espectáculos, detectar las necesidades según la región, etc.

En el libro registra la tendencia de que entre 2016 y 2020, la inversión pública en cultura ha bajado, claro dentro de este periodo ha habido dos emergencias: el terremoto de 2017 y la pandemia.

Es cierto lo que dice, pero hay otros factores también. Es curioso, sin embargo, que esto suceda después del ascenso de Conaculta al rango de Secretaría de Cultura, fue un ascenso burocrático, pero no expresado en presupuestos, integración nacional y nuevos programas. Las cifras durante este sexenio han seguido cayendo y como se sabe, entre 23 y 25% del presupuesto a cultura está dedicado al Proyecto Chapultepec, esto supone un decaimiento importante.

Por otro lado, este gobierno ha puesto énfasis en las culturas originarias…

Eso es más declarativo, como dice Eduardo Nivón. Al inicio del sexenio se habló de apoyos a las culturas comunitarias, pero la realidad no es así.  Entrevistamos a la directora de este programa y descubrimos que tenían asignados 900 millones de pesos para 2021 y en los hechos se redujo a poco más de 300 millones. Es verdad que la pandemia afectó mucho, pero aun así falta integración. En el campo digital hay ausencias que son generalizadas en América Latina, en comparación con Europa, por ejemplo.

Un diagnóstico que usted realiza apunta que las plataformas están desplazando a las secretarías de culturas. ¿Qué riesgos ve en este sentido?

Hay un peligro en términos de la fractura social, la imposición de estilos de comunicación y la falta de representatividad no solo de lo nacional, sino de lo que surge de la vida comunitaria en el sentido más amplio.

¿Ve condiciones para revertir esta tendencia?

Ya estamos en un proceso electoral y sería muy deseable que se colocaran, como parte de la agenda, temas culturales y la disposición de los partidos políticos para fortalecer los organismos públicos que han sido debilitados y la participación social. No solo se trata de dar, sino de ofrecerles las plataformas para que la gente desarrolle su creatividad. Es muy importante porque de lo contrario el crimen organizado toma los espacios. Es necesaria también una participación social y con una garantía de que se involucrará a los investigadores como consejos ciudadanos.