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“La leyenda negra, una herramienta de la sociedad patriarcal para desacreditar a escritoras y artistas”: Patricia Rosas Lopátegui |Video Naturaleza Aristegui

La investigadora habla de su serie InSurrectAs, dedicada a recuperar a autoras que modernizaron la cultura mexicana durante la primera mitad del siglo XX.

  • Redacción AN / HG
06 Aug, 2023 06:25
“La leyenda negra, una herramienta de la sociedad patriarcal para desacreditar a escritoras y artistas”: Patricia Rosas Lopátegui |Video
(Patricia Rosas Lopátegui).

Por Héctor González

Desde hace varias décadas, la investigadora Patricia Rosas Lopátegui (Tuxpan, 1954) trabaja en romper el sesgo machista de la crítica literaria mexicana e incorporar a la discusión literaria los nombres de autoras que han sido denostadas u olvidadas.

Ha estudiado como pocas personas a Elena Garro, trabajo del cual se desprenden títulos como El asesinato de Elena Garro y Diálogos con Elena Garro. Entrevistas y otros textos. Sin embargo, durante los años recientes Rosas Lopátegui ha emprendido uno de sus proyectos más ambiciosos: la colección InSurrectAS, publicada por el sello Gedisa y cuyo objetivo es recuperar el legado de autoras fundamentales, pero que no han recibido la atención merecida.

Como parte de esta serie ya publicó los títulos sobre Nahui Olin, Antonieta Rivas Mercado y los recién puestos en circulación tomos tres y cuatro, dedicados a las hermanas Nellie y Gloria Campobello.

La colección InSurrectAs rescata autoras vitales que han estado relegadas. ¿Qué tanto la serie busca replantear el canon mexicano?

El propósito de la serie es volver a ponerlas sobre la mesa porque son escritoras, creadoras y artistas que modernizaron la cultura en México desde las dos primeras décadas del siglo pasado. Siempre me ha interesado estudiar a las creadoras que produjeron, las hacedoras de cultura de esas primeras décadas del siglo XX, hasta la generación del medio siglo. Son escritoras que pagaron una altísima factura precisamente por haber transgredido las normas de la sociedad patriarcal. Sí se habla y se escucha de Carmen Mondragón (Nahui Olin), de Antonieta Rivas Mercado y de las Campobello, pero siempre bajo estipulaciones que tienen que ver con aspectos desafortunados de su vida, no se atiende su obra, su producción.

En el caso de Nellie Campobello hay revisiones de su obra, pero en el caso de Gloria está muy olvidada su faceta literaria, ¿cómo fue el rescate?

Gloria estaba totalmente relegada, había escuchado levemente su nombre, pero nunca me había percatado de su trascendencia e importancia. Sobre Nellie Campobello si había trabajado. Cuando me aboqué a este proyecto me di cuenta de que no las podía desarticular o disociar, aunque Gloria no fue una escritora per se, tiene una importante participación como tal, además de haber sido la primera prima ballerina de México, en 1942. Me parece irrespetuoso por parte de las instituciones culturales que todavía no se le dé el lugar que se merece. Fue una mujer muy culta, prácticamente autodidacta, aunque sí tuvo la oportunidad de asistir con mayor regularidad a la escuela. El caso de Nellie fue distinto al haber nacido en 1900 con la situación de la Revolución, aprendió a leer y a escribir entrada su adolescencia, a través de familiares y vecinas, después se convirtió en una lectora asidua autodidacta. No hay que olvidar que Gloria es coautora con Nellie del prólogo de Ritmos indígenas de México, las dos se dedicaron a rescatar las danzas autóctonas de toda la República Mexicana. Gloria era más tímida, introvertida, no daba entrevistas, Nellie en cambio era la parlanchina, la que se encargaba de atender a la prensa, sin embargo, considero que las dos tienen la misma trascendencia.

La colección pone énfasis en los valores literarios, no sólo en las vidas de las autoras.

Mi propósito es hacer una selección de la obra y poner énfasis en el legado que nos dejaron como escritoras y creadoras. Cada libro consta de una selección de la obra de cada una de las autoras; luego hay una selección de su correspondencia porque me parece un género muy revelador; otro apartado son las entrevistas; y finalmente la sección Ante la opinión pública, es decir, qué dijeron de ellas en su época sus contemporáneos y contemporáneas, cómo las recibieron, cómo recibió la prensa. Al hacer este recorrido, podemos ver que Carmen Mondragón es una poeta que se ha estudiado principalmente como artista. Nahui mezcló las características de la poesía con la prosa en una sola composición lírica, rompió con el canon de la poesía a principios del siglo pasado. Tan fue importante su poesía que José Gorostiza le dedicó una reseña extraordinaria. No obstante, todavía no se estudia cómo debería. Antonieta Rivas Mercado tiene un artículo periodístico sobre la condición de la mujer en la sociedad patriarcal, es un ensayo que utilizo en mis clases. Es muy revelador ese texto y lo escribió a finales de los años veinte, sin embargo, nunca se publicó hasta en los ochenta Luis Mario Schneider lo rescató.

¿Sigue manteniéndose esta visión patriarcal en la crítica mexicana?

Por supuesto, pero definitivamente hay un avance, hay una apertura a partir de los movimientos feministas. Ha habido cambios de los años sesenta a la fecha, sobre todo en el presente milenio. No obstante, todavía el canon masculino sigue dominando y la prueba está en que incluso las nuevas generaciones desconocen a estas autoras que para mí son pilares de nuestra cultura. Saben que Antonieta Rivas Mercado se suicidó en Notre Dame, pero no tienen la curiosidad o el interés de investigar quién fue.

Hace un momento hablaste de la factora de la que pagaron estas autoras por animarse a escribir y salirse de los patrones establecidos en su época. ¿Cuál es el punto en común en términos del costo que pagaron?

La leyenda negra, la misma sociedad patriarcal creó un estigma en contra de ellas para desacreditarlas. Durante décadas, por ejemplo, se manejó que fue Nahui Olin quien asesinó al hijo que tuvo con Manuel Rodríguez Lozano. Él mismo fue quien se encargó de difundir esa versión. Gracias a Adriana Malvido quien apenas hace cuatro años descubrió las actas de nacimiento y de defunción del hijo de Nahui Olin y de Manuel, se sabe que el niño nació y murió de muerte natural a las pocas horas, pero Manuel Rodríguez Lozano se enfureció con Nahui porque lo abandonó y se enamoró del Dr. Atl, quien también difundió la idea de que ella era una loca y ninfómana, cuando lo cierto es que fue una pionera de la liberación sexual femenina en México. Todas esas leyendas negras que se crearon entorno a Nahui no han permitido verla en toda su magnitud. Sucedió lo mismo con Antonieta Rivas Mercado, a las semanas de haberse casado con Albert Blair y lo abandonó por qué no era quien creía. Antonieta era una mujer culta y brillante que estaba acostumbrada a vivir y a conversar desde muy temprana edad con los grandes artistas, con los muralistas del momento, con los poetas y con los escritores, ella vivía en un Olimpo en México y se casó con un hombre ultraconservador y machista que la quiso encerrar y moldear para que se dedicara, una vez casada, a ser madre y esposa, por supuesto ella no lo permitió, trasgredió y abandonó al marido, de ahí vino la factura. En el caso de las Campobello, la leyenda negra ha perseguido sobre todo a Nellie, se dice que era déspota y autoritaria, y esa fama ha opacado su trabajo como escritora.

Los siguientes tomos de la colección incluyen a Guadalupe Dueñas, Josefina Vicens, Devaki Garro, Amparo Dávila, María Luisa Mendoza e Inés Arredondo. ¿Cómo estará el cronograma de estos libros?

Este es un “work in progress”. Cada tomo me da su propio ritmo. El de las Campobello me tomó mucho tiempo por varias razones, entre ellas porque Nellie cambiaba constantemente la historia de su vida: se cambiaba el nombre, se quitaba la edad, a veces tres o diez años, en fin. Los trabajos de los biógrafos Jesús Vargas Valdez y Flor García Rufino me iluminaron mucho en ese sentido. En el caso de Antonieta estuve trabajando muy de cerca con Tayde Acosta y con Vivian Blair, la única nieta sobreviviente de Antonieta Rivas Mercado. El libro de Guadalupe Dueñas espero que esté listo para noviembre o diciembre.

Has dedicado buena parte de tu trabajo de investigación a Elena Garro, ¿cómo percibes todo el movimiento editorial que hay alrededor de ella? ¿Se le está haciendo justicia?

Estoy muy contenta. Cada vez son más los académicos, investigadores, lectoras y lectores, interesados en Elena Garro. Las nuevas generaciones están realmente deslumbradas con esta escritora que por décadas estuvo completamente en el ostracismo. A mí me tocó una época muy complicada, la descubrí a finales de los sesenta, cuando ella estaba pasando sus peores años en España. Durante los ochenta, cuando empecé a trabajar con Elena, y hasta la primera década de este milenio, todavía era muy complicado que las editoriales la publicaran y le dieran difusión. Ha sido un proceso largo y muy doloroso en muchos aspectos, pero afortunadamente ya estamos viendo una mayor luz entorno a Elena Garro.

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