“En América Latina el horror siempre está latente”: Agustina Bazterrica 
La escritora argentina visitó la Feria Internacional del Libro de Monterrey para presentar su novela ‘Las indignas’.
- Redacción AN / HG

Por Héctor González
En 2017, Agustina Bazterrica (Buenos Aires, 1974) publicó Cádaver exquisito, una distopía sobre el canibalismo simbólico de nuestra época. Desde entonces, la narradora argentina llamó la atención por su estilo de abordar el horror.
“Tiendo a lo oscuridad, así me salen los libros”, dice la narradora al referirse a su trabajo y en particular a Las indignas (Alfaguara), una novela de género a través de la cual manifiesta sus preocupaciones por la situación ambiental.
La historia nos cuenta la historia de un grupo de mujeres viven confinadas en la Casa de la Hermandad Sagrada, un espacio donde son sometidas a los designios de un culto religioso, y son objeto de torturas y sacrificios.
De visita en México, para participar en la Feria Internacional del Libro de Monterrey, Bazterrica, advierte que no obstante de su inclinación por el horror, cree profundamente en el ser humano.
Tanto Las indignas como Cadáver exquisite son novelas que responden a su época. ¿Cómo entiendes este momento?
Creo en la humanidad y en que hay un montón de gente que trabaja todos los días por el bienestar del mundo, las personas, los animales y la naturaleza. Pero también veo entre lo negativo a un capitalismo depredador. Contaminamos los mares y ríos; temenos un desastre ecológico; y por si fuera poco, las distintas violencias, entre ellas las que ejerce el patriarcado. Hay varones que siguen violando y matando mujeres sin consecuencias; hay países donde lamentablemente las mujeres todavía no pueden hablar en público o estudiar. Me parece interesante y necesario cuestionar todo esto.
¿Y por qué hacerlo desde el horror?
No lo sé, me surge escribir así, tiendo a la oscuridad. Me interesa tomar lo que está latente y llevarlo a un extremo total y que eso eventualmente le genere algún tipo reflexión al lector. No quiero que piensen como yo, prefiero generar un diálogo.
¿Cuál es el poder de reflexión que ejerce el horror?
Más que el horror te hablaría de la buena literatura. Me parece perfecto que existan libros de puro entretenimiento, tipo fast food, es decir comida que no te nutre. Pero por otro lado, temenos novelas como Crimen y castigo, que ofrecen un montón de sabores y donde siempre encuentras cosas. Si soy capaz de escribir una obra que logre una mínima parte de eso ya me siento satisfecha.
Pero, crees en los géneros…
O sea, existen, pero no escribo pensando en los géneros. Leo y me nutro de todo. En Argentina, Cadáver Exquisito es considerada una novela distópica, mientras que en Estados Unidos es un libro de horror, pero me he encontrado con gente que me dice que es una novela realista. Sobre Las indignas hay quien me dice que es un poema en prosa.
Ahora hay moda por las distopías, ¿no?
Puede ser, pero hay mucha gente que está viviendo distopías en este momento. Las personas que viven de comer basura; las mujeres que están en cautiverio en los burdeles clandestinos, las raptan en general, las engañan y están ahí de por vida y mueren drogadas. Los niños que lamentablemente son víctimas de la prostitución infantil y pedofilia. En lo personal no me propongo escribir distopías, pero así me salen los libros.
Ahora veo una tendencia, al menos en Latinoamérica, de escritoras y autores que escriben desde el horror, pienso en ti, María Fernanda Ampuero, Mariana Enríquez o Bernardo Esquinca. ¿Es una casualidad o una causalidad?
No creo que nada sea una casualidad. Pertenezco a una generación, e incluso creo que sucede con los más jóvenes, que cree que los países latinoamericanos siempre están al borde del abismo. Vamos de crisis en crisis pese a nuestro poder de resiliencia. En Argentina vivimos una realidad surrealista, la crisis de 2001 fue la locura; tuvimos una dictadura que no deja ni dejará de resonar. Creo que los latinoamericanos comparimos una sensación de que nunca estaremos del todo seguros, puedes mori ren un incendio o te pueden violar y dejar tirada en la calle. Entonces siempre está latente el horror.
¿Tras Cadáver exquisito y Las indignas cómo ha cambiado tu forma de relacionarte con el horror?
Creo que mis ideas se han profundizando, ahora entiendo las cosas de una forma más macro, pero también he entendido y creo que ahí hay una gran diferencia, todo lo bueno que hace el ser humano y que hay un montón de personas que todos los días tratan de que el planeta no colapse.
¿De ahí viene la atmósfera poética de Las indignas?
Puede ser, esta novela tiene cierta esperanza o luz. Cada historia me marca su manera contarla.
Dice Byung-Chul Han que la esperanza supone trabajo…
Por más que el planeta explote mañana, voy a tener esperanza hasta último momento. Siempre voy a creer en el ser humano. Hay muchas personas que entienden que el capitalismo nos pide odio porque el odio ocasiona beneficios económicos, lo vemos en las redes, el hate genera más interacción. Hoy, estar contra sistema es ejercitar el amor, la esperanza, la ternura.